... o hasta qué punto se puede reinventar la historia en una película.
Que en
las películas todo es posible ya lo sabemos. El cine muchas veces ha servido
para imaginar mundos fantásticos, para abstraernos de la realidad y crear universos
alternativos. Seres que en nuestro mundo serían inverosímiles en el cine pueden
ser de lo más normal. Pero, ¿qué pasa cuando la historia que estamos contando
es real, cuando los personajes existieron de verdad? En este caso, lo más
correcto, creo yo, sería mantenerse lo más fiel posible a los hechos que
sucedieron y no dejar volar la imaginación.
Pero en Anonymous no pasa nada de eso. En esta película de Roland Emmerich encontramos una serie de conjeturas o invenciones sobre uno de los autores más importantes de la literatura universal, si no el más. En esta cinta el director plantea la posibilidad de que el gran William Shakespeare fuese en realidad una estafa, que no hubiera escrito ni una sola de las palabras que se le adjudican. Según el director alemán, las muchas dudas que hay en torno a la figura del dramaturgo inglés pueden significar que obras tan célebres como Romeo y Julieta fueran en realidad escritas por el conde de Oxford (Rhys Ifans, el peculiar compañero de piso de Hugh Grant en Notting Hill). Dicho conde, ante la prohibición de escribir, decide que para que sus obras vean la luz más allá de las paredes de la corte, le otorga la autoría a otro autor de la época, Ben Jonson. Las dudas de este le vienen a la perfección a un ignorante actor, Shakespeare, para conseguir un dinero extra que como actor nunca podría conseguir. De forma que, el que para muchos es el autor más grande para Emmerich es simplemente un impostor.
Pero no
es solo la dignidad de Shakespeare la que queda en entredicho. La propia reina
Isabel queda retratada como una mujer promiscua cargada de hijos bastardos a
los que nunca llegó a conocer y que andan rondando por ahí. No digo yo que no
lo fuera, y más viendo los antecedentes que tuvo con su padre Enrique VIII,
pero los incestos que se le adjudican me parecen más fruto de la exageración
reinante en toda la película que de la realidad.
En
resumen: Que crea que la película es una invención completa no quiere decir que
no esté bien. Me gustan las historias ambientadas en la época Tudor, y ver cómo
construyen The Globe está bastante bien. Pero si os da por verla, tomáosla más
como una película de ciencia ficción que como una biografía… A no ser que
también estéis de acuerdo con que tanta laguna en la vida de Shakespeare no
puede significar nada bueno.
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