miércoles, 8 de febrero de 2012

Ídolos desde dentro

Lo admito: soy un poco mitómana. Así que las biografías me vienen bastante bien para saciar mi curiosidad. Eso sí, hasta ahora, solo he leído un par de ellas, y de dos personas con varias cosas en común. Ambos pertenecen al mundo del fútbol, son leyendas vivas de sus equipos (en los que han estado desde niños) y gracias a ambos he querido un poco más a esos clubes. A pesar de eso, hay una diferencia vital entre ambos libros, o mejor dicho entre la perspectiva con la que leí cada una de las autobiografías. Os cuento.


La primera de la que os hablo es la biografía de Julen Guerrero, la perla de Lezama, el Rey León, el 8 del Athletic… el actual responsable de tecnificación de la cantera del Málaga. Ya os he hablado de él alguna vez. Para mí Julen Guerrero significa mucho más que un simple futbolista más. Julen es quien me abrió los ojos y me hizo que ver eso que tanto creía odiar iba a terminar siendo una de mis grandes pasiones. Así que tener entre mis manos Alma de ganador, páginas plagadas de historias sobre mi ídolo, en principio supuso una gran alegría para mí (y más teniendo en cuenta que el libro lo conseguí muchos años después de que se publicara, en plena Julenmanía)… hasta que lo leí. Pasar páginas y más páginas cargadas de las ilusiones de alguien a quien admiras sabiendo que todo eso ya no pasará provoca cierta tristeza. Leer cómo Julen acaba de firmar un contrato de por vida con el Athletic y cómo sueña con terminar ahí y levantar algún título como capitán habría sido más alegre si no conociera el (triste) desenlace. Sin embargo, prefiero quedarme con la parte alegre, con todo lo que pasó antes de aterrizar en Lezama, con sus mejores momentos en el club del Botxo, con unos sueños que, aunque no se cumplieron como jugador, espero que lleguen con él como entrenador.

La segunda biografía que leí también me costó hacerme con ella, aunque algunos años menos que la anterior, por lo que la historia es bastante más reciente y las ilusiones que llenan sus páginas aún siguen vigentes. El protagonista, en este caso, es el centrocampista inglés del Liverpool Steve Gerrard. De ella me gustó saber que por culpa de un rastrillo que se le clavó en un dedo del pie casi nos quedamos sin uno de los mejores jugadores de Inglaterra, sus primeras patadas y castigos como canterano de los reds, sus posibles marchas frustradas al Chelsea (thank God!!), cómo la nostalgia afectó a su rendimiento en su primera Eurocopa… Pero sobre todo me gustó poder ver la final de Estambul desde dentro, conociendo sus sensaciones y las del resto del equipo, sabiendo cómo afrontaron una remontada histórica y cómo vivió las celebraciones posteriores (y es que imaginárselo subiendo a su habitación abrazado a la Copa de Europa, no tiene precio). Y ahora, aunque han pasado casi 5 años desde que se publicara, estoy segura de que las ilusiones que contaba en las más de 500 páginas del libro siguen latentes, y sigue soñando con levantar otro trofeo con el Liverpool (cosa que puede hacer el próximo 25 si ganan la Carling Cup en Wembley), con conseguir algo importante con Inglaterra o con aumentar la familia hasta conseguir un niño que haga que los Gerrard sean una familia importante para el equipo de Anfield.

En resumen: me gustan las autobiografías, saber cómo han llegado hasta donde están personas a las que admiro, conocer sus historias, sus miedos, sus ilusiones, y sus deseos para el futuro. Y todo en primera persona, sin que sean las opiniones de otros sino ellos mismos los que se abren al mundo.

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