miércoles, 1 de febrero de 2012

El placer de tachar cosas

De pequeña me gustaba mucho llenar papeles con tachones, dibujos geométricos que terminaba emborronando porque habían evolucionado hasta convertirse en figuras deformes. Y ahora que ya he crecido me sigue encantado esto de tachar, aunque la afición ha evolucionado y lo que ahora tacho son partes de una lista. Me gusta el placer que produce crear largas listas y ver cómo una a una todas esas cosas que había apuntado las voy eliminando. No es que sea una obsesa del control, no llego a ese nivel, ni mucho menos, pero me gusta no olvidarme de las cosas, y viendo que últimamente mi memoria está peor que antes, y tras descartar lo de comer rabos de pasa, he decidido que lo mejor para no olvidarme de nada es tenerlo apuntado. ¿O acaso a vosotros no os ha pasado nunca que encendéis el ordenador, cargáis Google –o el buscador que uséis, no es que yo quiera hacer publicidad de este– y de repente os paráis porque no conseguís recordar qué queríais buscar? Y así pasa el tiempo, os ponéis a hacer otras cosas mientras intentáis recordar, cosa que no conseguís hasta justo ese momento en que apagáis el ordenador. Pues yo, cansada de esto, he decidido que hasta la tontería más pequeña que quiera hacer, la apunto. Y, ¿sabéis qué?, la mayoría de las veces ni necesito mirar lo que había escrito. Como ese estudiante que se pasa la tarde haciéndose chuletas para un examen y al final ni las usa porque se lo ha aprendido todo en el proceso.


Así que ahora aúno el placer de ver una hoja de papel que se va llenando progresivamente de borrones con el –aún más enorme- placer de saber que todo eso que estaba escrito y que ahora se esconde tras un tachón es algo que quería hacer y que he logrado, ya sea el mayor sueño de mi vida o acordarme de comprar lechuga cuando salga de casa.

4 comentarios:

  1. Aiiish, ya veo que no soy la única psicópata
    de las listas !
    Y es que ahora sin mi agenda no soy persona...
    Que si pagar la factura del agua, que si compara macarrones, que si llamar a mamá, que si leerme las interminables lecturas para la clase del jueves !

    Y ese inmenso placer de poder tachar las cosas.
    Oh, sí.

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    1. Ver una lista completamente tachada es una de las cosas más placenteras que hay. Me encanta ver que no me he dejado nada pendiente y he hecho todo lo que me proponía =D

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  2. Coincido.

    De hecho, me compré una agenda y está toda llena de cosas (y cosas tachadas) xD

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    1. Yo con la agenda soy más tiquismiquis, no me gusta tenerla con tachones, así que las listas las dejo para una libreta aparte XD

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