jueves, 8 de diciembre de 2011

Como una tortuga en un mundo de guepardos


Velocidad de una tortuga: 0,25 km/hora
Velocidad máxima de un guepardo: 115 km/hora

Pues así me siento yo. Tal vez no un mundo de guepardos pero sí de libres (con sus 60 km/hora de media). Incluso me sirve la comparación entre una tortuga y una abuela con un tacatá. Todo el mundo se mueve, evoluciona, cambia de ciudad, de trabajo, de pareja, de amigos; y yo… yo sigo en un punto muerto del que parece complicado moverse. Hay quien toma a las tortugas como una forma de vida: lento pero seguro. El problema es cuando ese movimiento lento es prácticamente imperceptible. A veces hasta dudo de que haya algún tipo de movimiento en realidad.

Y mientras tanto, mientras intento averiguar si hay un movimiento lento o la mayor quietud posible, solo me queda observar a los demás guepardos a su velocidad de vértigo y pensar que algún día es posible que alguien, una tortuga, me vea como ese guepardo veloz y cambiante.

3 comentarios:

  1. Tú tranquila, tú a tu ritmo igual que yo jeje :-)

    ResponderEliminar
  2. Yo, que se mi condición de tortuga eterna, aunque haya días en que se tenga más asumido o no. Se que tu condición de tortuga es temporal y que llegará un día en el que seas liebre o guepardo , al pasar muevas el aire y diré yo : "Esa guepardo que acaba de pasar es Txune, mi amiga"

    ResponderEliminar
  3. José M, igual es porque mi ritmo suele ser un poco acelerado y llevar uno tan pausado me cuesta, pero habrá que aceptarlo, jajajaja

    Raquel, no creo que alguien que está continuamente haciendo cosas sea ser una tortuga.

    ResponderEliminar