sábado, 11 de mayo de 2013

La última vez…



Aunque ya habíamos tonteado antes, nuestra historia de verdad empezó un 27 de mayo de 2007. Y, como todas las primeras veces, esta también es inolvidable. Después de mucho tiempo, y con “mucho” digo años, esperando a que llegara el día, ese 27 de mayo por fin se hizo realidad. Al verle volví a sentir ese cosquilleo de siempre y esa sonrisa estúpida se instaló en mi cara para no irse en mucho tiempo. Pero, lo dicho, ese día era diferente: íbamos a dar un paso más, el gran paso. Las horas previas estaba hecha un manojo de nervios, los cuales aumentaban a medida que se acercaba la hora. Nuestra gran cita. La primera vez.


Todo zurigorri sabe de lo que estoy hablando: el primer partido en San Mamés. Un mismo tema con infinitas versiones. A unos los llevaron sus aitas o aitites de pequeños, algunos ni son conscientes de esa primera vez. Otros han tenido que esperar a ser adultos para ir por sí mismos. Los hay que fueron por primera vez con su cuadrilla de amigos, o a quienes les llevó su pareja. Yo me encuentro entre el grupo de quienes fueron con un amigo, en mi caso con una persona que, aunque no comparte mi pasión por estos colores, sabe de la importancia que tienen para mí y quiso acompañarme en esa primera vez.

De ella tengo muchísimos recuerdos: llegar con tiempo de sobra al campo para disfrutarlo  casi vacío, las fotos de rigor, llamar a mi tío para decirle que POR FIN estaba en San Mamés, el gol de Urzaiz, tener la salvación más cerca (sí, mi primer partido fue durante el bienio negro, el que se jugó en La Catedral antes de aquel famoso partido contra el Levante), contener las lágrimas…

Desgraciadamente, esta historia, la que compartimos San Mamés y yo, pone su punto y final este sábado 11 de mayo de 2013. Y, caprichos del destino, la última vez va a tener muchas coincidencias con la primera: mismo rival y misma compañía para un penúltimo partido de la temporada, que se despedirá, esta vez de manera definitiva, frente al mismo rival. Ojalá el destino quiera que haya una coincidencia más y me permita disfrutar, por última vez, de una victoria en La Catedral. Eso sí, esta vez no aseguro el poder contener las lágrimas…

2 comentarios:

  1. buen sabor de boca se te habrá quedado con la victoria no? jeje, saludos :-)

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    1. ¡¡Buenísimo!! Nada como despedirme de ese estadio con una victoria =)

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