Aunque
ya habíamos tonteado antes, nuestra historia de verdad empezó un 27 de mayo de 2007.
Y, como todas las primeras veces, esta también es inolvidable. Después de mucho
tiempo, y con “mucho” digo años, esperando a que llegara el día, ese 27 de mayo
por fin se hizo realidad. Al verle volví a sentir ese cosquilleo de siempre y
esa sonrisa estúpida se instaló en mi cara para no irse en mucho tiempo. Pero, lo
dicho, ese día era diferente: íbamos a dar un paso más, el gran paso. Las horas
previas estaba hecha un manojo de nervios, los cuales aumentaban a medida que
se acercaba la hora. Nuestra gran cita. La primera vez.
Todo
zurigorri sabe de lo que estoy hablando: el primer partido en San Mamés. Un
mismo tema con infinitas versiones. A unos los llevaron sus aitas o aitites de
pequeños, algunos ni son conscientes de esa primera vez. Otros han tenido que
esperar a ser adultos para ir por sí mismos. Los hay que fueron por primera vez
con su cuadrilla de amigos, o a quienes les llevó su pareja. Yo me encuentro
entre el grupo de quienes fueron con un amigo, en mi caso con una persona que,
aunque no comparte mi pasión por estos colores, sabe de la importancia que
tienen para mí y quiso acompañarme en esa primera vez.
De ella
tengo muchísimos recuerdos: llegar con tiempo de sobra al campo para
disfrutarlo casi vacío, las fotos de
rigor, llamar a mi tío para decirle que POR FIN estaba en San Mamés, el gol de
Urzaiz, tener la salvación más cerca (sí, mi primer partido fue durante el
bienio negro, el que se jugó en La Catedral antes de aquel famoso partido
contra el Levante), contener las lágrimas…
Desgraciadamente,
esta historia, la que compartimos San Mamés y yo, pone su punto y final este
sábado 11 de mayo de 2013. Y, caprichos del destino, la última vez va a tener
muchas coincidencias con la primera: mismo rival y misma compañía para un
penúltimo partido de la temporada, que se despedirá, esta vez de manera
definitiva, frente al mismo rival. Ojalá el destino quiera que haya una
coincidencia más y me permita disfrutar, por última vez, de una victoria en La
Catedral. Eso sí, esta vez no aseguro el poder contener las lágrimas…
buen sabor de boca se te habrá quedado con la victoria no? jeje, saludos :-)
ResponderEliminar¡¡Buenísimo!! Nada como despedirme de ese estadio con una victoria =)
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