lunes, 2 de julio de 2012

Un equipo de leyenda


Los que amamos el fútbol y somos relativamente jóvenes muchas veces nos tenemos que conformar con escuchar a nuestros mayores con cierta envidia y notando cómo se nos ponen los dientes largos hablar sobre equipos mágicos del pasado.


Yo, al ser del Athletic, no me canso de escuchar las maravillas de aquella delantera mágica de Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, de escuchar lo grande que era Iribar, de ver imágenes del Athletic de los 80 surcando la ría en la gabarra… He podido vivir, in situ o desde la distancia, noches inolvidables como las de la semifinal de Copa contra el Sevilla, o las noches mágicas de esta temporada frente a United y Schalke. He podido disfrutar de tres finales… Pero siempre ha faltado el broche final, poner la guinda al pastel consiguiendo la victoria. Siempre subcampeones. Siempre segundos.

Y con la selección, otro tanto de lo mismo… pero sin finales. Cada vez que había una cita internacional veía resignada cómo se nos atragantaban los cuartos, cómo no pasábamos de la fase de grupos, cómo se nos iban las ilusiones en los penaltis, cómo teníamos un equipo que podía ofrecer mucho pero que siempre se quedaba en nada.

Pero eso ha cambiado. El tiempo ha querido que ahora tengamos a la vez a jugadores que nos hacen soñar cada vez que tienen el balón en los pies, que dan pases perfectos, que dominan el campo, que hacen paradas espectaculares en el momento preciso. El tiempo ha querido que podamos dejar atrás ese miedo a los cuartos, que nos quitemos el traje de víctimas y tengamos confianza en nuestras posibilidades. El tiempo ha querido que los que veíamos con envidia cómo las selecciones históricas siempre eran de Brasil, Países Bajos o Alemania, ahora seamos testigos de una selección que no es histórica sino que es de LEYENDA.

Y así, solo hay una selección que haya conseguido tres títulos consecutivos, que haya revalidado su condición de campeona europea y entre Eurocopa y Eurocopa se haya proclamado campeona del mundo. Solo hay una selección que lo haya conseguido. Y esa selección es la nuestra, la española. La Roja.

Gracias. Gracias por hacer que en estos tiempos que los que cuesta horrores encontrar algo que nos dé ilusión, algo que nos haga ver con optimismo el futuro, tengamos al menos este destello de alegría. Y es que, sí, solo será fútbol, pero al fin y al cabo lo que da sentido a la vida son las pequeñas alegrías. Y, ¿quién dijo que esas alegrías no pueden venir en forma de gol?


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