… a
esas personas que son más felices odiando que amando. A quienes basan su
felicidad en la desgracia ajena. A quienes se centran más en celebrar el mal
ajeno que el bien propio.
Nunca
entenderé a quienes usan el doble rasero en sus opiniones. A quienes creen que
debes respetar sus pensamientos pero que no hacen lo mismo con los de los
demás. A esas personas que defienden algo a capa y espada… excepto cuando
sucede con alguien que no les gusta, aunque sean situaciones idénticas.
Nunca entenderé a quienes se ofenden cuando alguien generaliza porque no les gusta estar dentro de ese todo, pero que a la mínima no dudan en hacerlo ellos mismos y en meter todo lo que les disgusta en el mismo saco.
Nunca
entenderé a las personas que solo ven la parte negativa, y que no dudan en
hacérnoslo ver a todos. A esas personas a quienes les cuesta horrores afirmar
que hay algo bueno, y que cuando lo hacen pasan sistemáticamente a recordar
todo lo malo.
Nunca
entenderé a esas personas que siempre desconfían de lo que los demás les dicen
y que no dudan en mostrar esa falta de confianza. A quienes, a pesar de hacer
esto una y otra vez, después se indignan cuando los demás dan un mínimo signo
de desconfianza hacia ellos.
Nunca
entenderé cómo hay gente que puede ser feliz siendo así. Mientras tanto, yo
intentaré amar, ver la parte positiva de las cosas, no medir las situaciones
según me convenga, intentaré no generalizar, no perder el 90% de mi tiempo
quejándome (permitidme un 10% para desahogos puntuales, por favor), intentaré
confiar en quien me desmuestre que es de confianza… Mientras tanto, yo,
intentaré ser feliz.
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