La importancia de los secundarios

¿Nunca os habéis dado cuenta de que hay series en las que el protagonista, especialmente si además da nombre a la serie, mola infinitamente menos que los secundarios? Perdón por el “mola”, pero es la palabra que mejor venía.

Yo de pequeña siempre había tenido la idea de que si era el protagonista, es porque su historia era la más interesante y por eso tenía que ser el personaje que más gustara. Pero esa concepción se me vino abajo en mi tierna adolescencia cuando viendo Dawson crece pensé: “con lo petardo que es este chico, ¿por qué no se plantearon que esto fuera un ‘Pacey crece’ o  ‘Joey crece’?”. Y es que, a mí, Dawson, más que darme ganas de crecer, me las daba de cortarme las venas. Bueno, igual ha sido un poco exagerado, pero es que no me negaréis que el chico era un angustias y de todo hacía un drama (tal vez por eso de querer ser director de cine), y al final, como bien vieron los guionistas, la historia que más entretenía era la de Pacey y Joey, los amigos del prota, o sea: los secundarios (sí, y la de Jen, pero esa acaba tan mal que mejor no recordarla). 

El caso es que me quedé con esa idea de los secundarios rondando por mi cabeza y, años después, salió reforzada cuando Ted Mosby apareció en nuestras vidas. Creo que con Ted sobran las presentaciones. Sí, todos queremos saber de una puñetera vez cómo conoció a la madre de sus hijos, que por algo empezó la serie, pero… que levante la mano quien crea que Barney es la esencia de la serie. Aún no he visto esta última temporada, así que no sé cómo han evolucionado las cosas en estos meses (por favor, abstenerse personas deseosas de contar spoilers), pero si Ted sigue en el mismo plan, la historia se está alargando demasiado y sus hijos van a acabar odiando a su pobre madre por culpa de su señor padre.

El siguiente caso, y después de comentarlo con más personas veo que no soy la única que piensa así, el problema no es tan el título de la serie sino el haberse equivocado de familiar. Si os hablo de la serie de los médicos fornicadores seguro que a todos os viene a la cabeza Anatomía de Grey. Con esta tuve mis más y mis menos. Empecé a verla, me gustaba, seguía sus historias con interés, pero este interés disminuía a medida que aumentaba mi odio hacia Meredith y dejé de verla. Y es que, perdonadme quienes la queráis, pero yo no puedo con Mer y su eterna cara de asco. Así que en el momento en que apareció su hermana lo tuve claro: para mí la Grey que da nombre a la serie es Lexie. Por cierto, después de darle una segunda oportunidad, la serie me ha enganchado con muchísima más fuerza que la primera vez. 

Y por último (tampoco quiero aburriros con mis absurdos devaneos), tengo otra serie que confirma mi teoría: Malcolm. Por si alguien no la recuerda, ya que tiene unos años aunque yo la estoy viendo en condiciones ahora, Malcolm cuenta la historia de una peculiar familia formada por un matrimonio con 4 hijos (que al final aumenta) de los que uno de ellos, nuestro protagonista, es superdotado. Sí, Malcolm es el protagonista, el que da nombre a la serie, el que la narra, el que nos da su punto de vista de todo lo que pasa, pero, one more time, me atrevería a decir que el que más fans tiene no es él sino su hermano Dewey. Y es que, ¿quién no recuerda a ese adorable niño de orejas de soplillo? (Sí, le recordáis por las orejas, que a estas alturas nos vamos conociendo…) Aunque, por mucho que le adore, en mi corazón Resse siempre ocupará un hueco mayor (hueco que aumenta con cada burrada que hace, para qué negarlo). 

En fin, veremos si en el futuro surgen más casos de títulos mal elegidos (y es que, si todas estas son series corales como insinúa la Wikipedia, ¿para qué destacan a un personaje en el título?) o si consigo que el protagonista sea el que se gane todo mi cariño.