domingo, 6 de febrero de 2011

Pequeñas cosas que me hacen feliz (IV)


Las pequeñas cosas de la vida son esas que nos hacen realmente felices. Y no, no me estoy refiriendo a un pequeño yate, una pequeña mansión y similares, que os conozco, bribones. Me estoy refiriendo a una minúscula cantidad de nitrocelulosa mezclada con plastificantes y copolímeros de vinilo, o lo que es lo mismo: esmalte de uñas.

Y es que un gesto tan tonto como pintarse las uñas en mi caso se convierte casi en un ritual. Guardo los botes en el frigorífico para que no se sequen, elijo el color según el estado de ánimo que tenga y lo que vaya a hacer esos días, y cuando lo tengo decidido, doy cuidadosamente una capa de esmalte transparente y otra de color sin salirme de la uña… cosa que nunca consigo y termino siempre pintándome hasta los nudillos (¡cuánto echo de menos en ese momento el ser ambidiestra!). Y aunque pueda parecer una mera cuestión estética, la verdad es que me anima ver 10 puntitos de color al final de mis manos (bueno, eso y que tengo las uñas algo débiles y nunca viene mal una capa de esmalte fortalecedor, que si no se me rompen y termino con más arañazos que si viviese con 50 gatos).


Eso sí, todo tiene su parte negativa, y es que me siento súmamente inútil cuando estoy con las uñas recién pintadas. No sé qué mecanismo se activa en mi cerebro que hace que en ese preciso momento me acuerde de cientos de cosas que podría hacer… y que evidentemente no puedo porque necesito las manos, y no es plan de joderse la manicura. Porque, admítanlo, señores creadores de pintauñas: por mucho que lo digan, ninguno se seca en 60 segundos. Y ninguno dura en perfectas condiciones los 10 días que ponen en algunos botecitos. No quieran engañarnos.

 
P.d.: Por cierto, ¿sabíais que los egipcios usaban los pintauñas para diferenciar las clases sociales? Faraonas como Nefertiti o Cleopatra usaban tonos rojo rubí o carmesí, mientras que a las mujeres de clase inferior solo se les permitía usar tonos claros.

2 comentarios:

  1. Oh,esta entrada me ha llegado al alma,me encantaba pintarme las uñas,pero hace tiempo que no lo hago,no puedo.
    Estuve unos años trabajando en una perfumería y te puedo dar un consejillo para que no se te seque dentro del bote.Cuando te quede poco no te pongas a rebañar con el pincel,porque si hurgas,si escarbas,se hacen burbujas de aire y se seca el esmalte.Igual ya lo sabías,pero lo dejo ahí por si acaso,ya que todas hemos hurgado alguna vez :)

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  2. Gracias por el consejillo =) Normalmente no llego a escarbar porque me desespera meter el pincel y que cueste que coja esmalte, así que termino tirándolos (poca paciencia que tiene una para algunas cosas...). Aunque con los transparentes sí me ha pasado jajaja

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