Lo
reconozco, la primera vez que vi el cartel en el cine, no sé por qué, pensé que
Dando la nota iba a ser la típica comedia cutrona con chistes fáciles…
Hasta que vi el tráiler. No es que al verlo sintiera que todo mi mundo se ponía
patas arriba por haber juzgado tan pésimamente una película solo por su cartel,
pero pensé que tal vez no era tan cutrona y que merecía la pena verla…
Y
acerté. Llevo una temporada empeñada en ver película sobre vidas intensas,
llenas de emociones y sentimiento, de idas y venidas que, sinceramente, me
encantan, pero al terminar de verlas no hacen sino que piense en que ahora mi
vida es todo lo contrario, y después del momento inicial de decir “qué buena es
esta peli” paso al momento, mucho más extenso, de pensar “qué asco más grande es
mi vida”. Así que dije: necesito reírme, mucho, y olvidarme de todo, mucho más
aún. Y con Dando la nota lo conseguí.
Por si
no habéis oído hablar de ella, trata de lo siguiente: dos grupos de música a capela
pertenecientes a una misma universidad, uno masculino y otro femenino, que se
odian a muerte. La líder del grupo femenino que no está de acuerdo con ciertos
cambios que las nuevas quieren incorporar… Roces y acercamientos entre miembros
de ambos grupos… Todo ello entre gorgorito y gorgorito.
Entre
lo mejor de la película: las canciones. Hay que reconocer que, aunque parezca
que la capela es algo anticuado y de frikis, lo hacen genial. Para muestra, un
botón (bueno, un par de ellos, aquí tenéis actuaciones de ambos grupos).
Más
cosas buenas: Amy la gorda. Muchas de las carcajadas os las sacará ella y su
carrera horizontal, su baile de la sirena, sus improvisaciones… La asiática que
habla a susurros. Sus confesiones casi imperceptibles son buenísimas. Y el
personaje de Anna Kendrick, la chica alternativa que odia estar donde
está, pero no le queda más remedio que aguantarse. Al final esta chica me está ganando… Para
mí empezó siendo la listilla que quería fastidiar el trabajo perfecto que tenía
Clooney en Up in the Air y al final
con sus trabajos siguientes (especialmente 50/50,
película que no sé por qué ha pasado muy desapercibida en España teniendo en
cuenta lo buenísima que es…) está pasando a ser una de las actrices que mejor
me caen.
Y, por
supuesto, no podemos olvidarnos de Jesse, el personaje de Skylar Astin. Yo, que
me enamoro del 90% de los protagonistas de las películas, también he caído
rendida a sus pies. Aunque era imposible no hacerlo viendo lo adorable que es
con Beca.
En
resumen: si queréis reíros y no parar un segundo quietos en la butaca cantando
las canciones de la banda sonora… id a verla.
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