miércoles, 16 de mayo de 2012

Pequeñas cosas que me hacen feliz (IX)

Sí, sé lo que me vais a decir: los objetos no dan la felicidad. Lo sé, y creo que ha quedado demostrado en otras entradas del blog donde os hablaba de las pequeñas cosas que me hacen feliz. Pero hay veces que hay objetos que sí, que nos dan la felicidad. Y el otro día yo me topé con uno de ellos.

Estaba dando un paseo con Mrs. O cuando vi de pasada algo que me llamó la atención en un escaparate. No le di mucha importancia, ni me paré a mirarlo detenidamente, pero se me quedó rondando por la cabeza. Así que al día siguiente me puse a buscar en internet a ver si eso que me había parecido ver en el escaparate era lo que yo pensaba, si de verdad eso podía existir y... sí, para mi felicidad era lo que yo pensaba. Acababa de descubrir que existen ¡¡¡los organizadores de bolso!!!


Vale, igual no compartís mi entusiasmo... Pero eso es porque no os gustará llevar bolsos enormes, cuanto más grandes mejor, cuantas más cosas quepan, mejor... Y así os ponéis a acumular mierda en el bolso. Bueno, quien dice mierda dice "Uy, existe una remota posibilidad, una entre un millón, de que algún día necesite eso, así que... ¡al bolso!". Y de esa forma, acabáis cargando con la casa a cuestas cual caracol.

Problema: entre tanta cosa lo más fácil es no encontrar nada rápidamente a no ser que todo vaya perfectamente metido en su bolsillo.

Problema 2: no es tan fácil encontrar bolsos con la cantidad y distribución deseada de bolsillos. Con lo que muchos terminan en el fondo del armario sin apenas usar porque no son prácticos.

Solución: ¡El organizador de bolsos que encontré el otro día!

Ahora sé dónde llevo todo, lo encuentro rápidamente, es mucho más rápido cambiar de bolso... Y sé que voy a volver a usar esos bolsos que tenía abandonados en el fondo del cajón. Y para mí, que no sé salir de casa sin bolso, y sin llevar tropecientasmil cosas dentro de él, os lo aseguró, es uno de los descubrimientos más maravillosos que he hecho en los últimos meses.

En definitiva: a veces esas pequeñas cosas que nos dan la felicidad sí son materiales... Pero, amigas mías, ¿acaso no es sumamente desesperante meter la mano en el bolso y tardar siglos en encontrar lo que buscáis? Pues eso, una pequeña felicidad rutinaria.
He aquí la imagen de la que para mí ahora esa la octava maravilla del mundo

P.d.: Tranquilos todos, no estaba intentando venderos un organizador...

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