¿Sabéis
esas veces que ves una película, buscas información sobre ella y a partir de
ahí pasas a otra película, y a otra, a otra, a otra, y así sucesivamente hasta
acabar viendo una película a la que no sabes exactamente cómo has llegado?
Bien, pues este no ha sido el caso. Para empezar, en la película de la que os
voy a hablar, sale James McAvoy, y por otro lado es una película biográfica. Y
teniendo en cuenta que últimamente me ha dado por este género, no podía dejar
pasar la ocasión de ver cómo fueron los últimos días de Tolstoi, uno de los
autores más célebres de la literatura mundial, si no el más. Y sobre todo
cuando, ignorante de mí, desconocía bastante sobre su vida.
Para empezar, al ver La última estación, que es la película de la que os estoy hablando, descubrí que Tolstoi murió en una estación de trenes rusa (de ahí el título de la película), y que alrededor de su ideología se había creado una especie de religión, el tolstoianismo, contrario a la propiedad privada y defensor de la justicia social. Y que incluso existían comunas tolstoianas donde los afines al movimiento vivían siguiendo sus preceptos al pie de la letra, incluso más al pie de la letra de lo que el propio Tolstoi los había seguido en el pasado, como se deja entrever en la película.
Pero
sobre todo en La última estación se
cuenta la relación del autor (al que Christopher Plummer da vida) con su mujer
la condesa Sofya (Helen Mirren) en los últimos días de vida de Tolstoi, la
enemistad de esta con el más fiel ayudante de su marido, Vladimir
Chertkov (Paul
Giamatti), quien al estar obligado a permanecer en su casa, alejado de la vida
de Tolstoi, envía a un secretario, Valentín Bulgakov (McAvoy) para que espíe los pasos de la condesa. Se
cuenta cómo quieren hacer que los derechos de autor de todas las obras de
Tolstoi sean universales, y cómo su esposa lucha por hacer que estos
permanezcan en la familia. Y, por último, se cuenta cómo Tolstoi finalmente
decide irse de su hogar en Yasnaia Poliana para poder tener una muerte
tranquila, alejado de todas las disputas que se han generado a su alrededor
entre sus seres más cercanos.
El
tráiler está en inglés, pero así practicáis idiomas.
Sin
embargo, a pesar de las grandes actuaciones de Plummer y Mirren, ambos
nominados al Óscar por ellas, la película no termina de captar la grandeza de
la obra de Tolstoi, ni refleja fielmente lo pasado esos días, ya que al final
queda la sensación de que Tolstoi acabó sin amar a su esposa, cuando de lo que
realmente huía era de sí mismo. De todas formas, si os gustan las películas
biográficas (aunque no sean 100% fieles a la realidad), os la recomiendo. No
solo pasaréis 2 horas entretenidos sino que, si sois tan ignorantes como yo en
lo relacionado con Tolstoi, aprenderéis algo más. Como se dice: el saber no
ocupa lugar. Y lo mismo os pasa como a mí, que termináis con ganas de leer Ana Karenina y Guerra y paz.
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