Lo dice
Albert Espinosa en su último libro, y qué razón tiene:
“[L]os amores no correspondidos son la droga natural más
potente de este mundo. Tanto de los que los sienten como de los que no los
corresponden… Todos siempre acaban sufriendo, pero vuelven a caer en sus redes…
Hay una épica difícil de explicar: se sufre, se intenta, se
sufre, se prueba… ¿Qué te lleva a desear a alguien con tanto ahínco cuando
sabes que no te quiere?”
Y hay gente que cae una, y otra, y otra, y otra, y otra vez…
Y es que, en el fondo, todos tenemos ese punto masoca.
Sabemos que alguien no nos conviene, o que no le producimos ni el más mínimo interés,
pero ahí seguimos, ilusionándonos día tras día con un simple saludo suyo, una
sonrisa, o solamente con verlo pasar a nuestro lado. Algo tan absurdo como eso
puede alegrarte el día. Y eso, cuando tienes un mal día, sienta genial. Es
fantástico que algo tan sencillo te dé felicidad, porque en el fondo son esas
pequeñas alegrías las que importan… Pero luego está el otro lado. El saber que
nunca pasará de ahí, que nunca será nada más. Y te hundes pensando en qué has
fallado para que esa persona no sienta lo mismo que tú. Pero la cuestión es que
no hay una respuesta. El amor se siente o no se siente. No se puede forzar.
Y, reconozcámoslo, todos hemos caído alguna vez. Todos nos
hemos sentido no correspondidos, y aun así hemos seguido ilusionándonos con
cada saludo, cada sonrisa, cada pasar por su lado… Y todos hemos vivido con la
ilusión de convertir ese amor no correspondido en el amor (correspondido) de
nuestra vida.
si es que somos muy "tontos" jajaja
ResponderEliminarPero mucho, mucho, jajajaja Y qué bien sientan a veces esas tonterías.
Eliminarqué bonito, 100% de acuerdo
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu visita, Anónimo!
EliminarMe alegro de que te haya gustado =)